OCTAVO ESCRITO
No al olvido.
¿Y si no creyera en lo que siento?
qué sería de este sentimiento;
tal vez mi corazón ya habría muerto,
y mi alma hubiera ido a otro puerto,
al puerto donde vive el olvido
para que se encargue de borrar lo vivido.
El final está cerca y no le temo,
tu amor para mí no es veneno;
lo único que me mataría es tu tristeza
por eso prométeme, Bella Princesa,
que la decisión que vayas a tomar
a tus dulces y hermosos ojos no harán llorar,
porque eso sí sería para mí un duro final.
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