jueves, 25 de septiembre de 2008

Asi te veo Esperanza

Ayer conocí a una mujer
que el mundo no la ve como dama
tiene muy recorrida su cama,
su corazón no sabe perder.

Mujer que con sus años a cuesta
irradia una hermosa madurez;
aunque ella venga con nada puesta
sigue siendo una bella mujer.

Dama que la experiencia le sobra
por las tantas cosas que ha vivido,
aunque sabe que la vida cobra
por esos excesos cometidos.

Ella no es la mujer de una esquina
que complace al simple parroquiano
por un sencillo o una propina
para saciar el instinto humano.

Ella te ofrece ratos con risa
para olvidar el tiempo que es duro,
en sus momentos no existe prisa
si hay un pensamiento con futuro.

Anda alegrando los corazones
de los caballeros afligidos
que se pasean por sus rincones
buscando olvidarse del olvido.

Es una salvavida de hogares,
de esos que se ahogan en problemas;
no hay huella que quede en los lugares
por donde va viajando su estela.

Es el mejor consuelo del hombre
que busca mejorar su destino,
lleva la Esperanza como nombre
y ella ha de marcar nuestro camino.

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