DÉCIMO OCTAVO ESCRITO
Cuando la gloria me cayó.
Yo hace mucho que mi pluma no cogía,
y no hubo escritos en este tiempo,
creo que alguna enfermedad padecía
porque no encontraba ese momento.
Un momento de escribir a mí llegó
de una forma que no imaginé,
y es que a mí la gloria me cayó
cuando tu dulce voz por fin escuché.
Pronto me siento a derramar las tintas
que aún recorren por mi sentimiento,
esas que tú pusiste de forma distinta
al quedarte en mi pensamiento.
Y sabes que no te saldrás fácilmente
pues una llamada tuya bastará para escribirte,
me recordará que siempre estás presente
y nunca te callaré lo que deseo decirte.
Por ti mi hermosa Aristócrata Limeña
para ti mi bella Musa Inspiradora
por ti preciosa que no eres ajena
a la Mujer que en mis sueños mora.
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