DÉCIMO SÉTIMO ESCRITO
Un segundo basta.
Bastaría mirarte un segundo de mi día
para decir que me emocionas la vida,
me inspiras pensar en tus momentos
me inspiras sentir sentimientos.
Pasan luego las amargas despedidas
el momento justo cuando lloro tu partida,
pero al partir revives mis sensaciones
que le dan vida a mis emociones.
Hoy compartimos un taco y nuestra piel
hoy compartimos tu perfume y el mío,
aunque despedirme para mí fue cruel
verte fue lo mejor que me había sucedido.
Tus abrazos agitan mi condicional pluma
tus besos riegan mi cuerpo de tinta,
y si a veces de escritor tengo la pinta
es por la pasión que tú en mí sumas.
No será la última vez que por ti escribo
es una promesa mi aristócrata limeña,
ya te dije que eres de mi corazón la dueña
la mujer con quien yo me siento vivo.
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