II ESCRITO

SEGUNDO ESCRITO
Sin ti, yo pido.

Hoy que no te veo
mi corazón queda ciego,
y a Dios le pido con ruegos
que mis ojos te vean luego.

Si mañana te viera
y ojalá así fuera,
mi vida volvería a vivir
yo volvería a existir,
volvería a nacer
porque mi corazón te pudo ver.

No habría hombre más feliz en la Tierra
si Dios esa dicha me concediera,
la dicha de poder contemplarte
y la de algún día enamorarte

No quiero que quede en propuesta
sino que encuentre respuesta,
respuesta en tu dulce boca
a lo que pide esta cabeza loca:
hacerse de tu alma dueño
y de tu corazón compañero.