viernes, 2 de noviembre de 2007

De mentiras y algo más

¿Quién no cuenta una mentira?. Ayer me dijeron algunas, hoy varias y mañana, quizá, muchas más.
Todo empieza a la hora de levantarnos y nos vemos en el espejo. ¿Qué piensas al verte allí? ¿acaso una bella sonrisa es lo primero que notas y te predice un buen amanecer?. No, en la mayoría de los casos (estoy más que seguro) sale el grito: ¡..ta mare, ya es tarde!. Sales como puedes de tu cama, pasas por el baño para asearte (si acaso lo haces) y luego a la cocina a devorarte un desayuno (en el mejor de los casos un café con tostadas y mantequilla).
Cuando ya tienes las cosas listas sales al paradero, esperando que el bus que te lleve (al trabajo o a la universidad) pase rápido y vacío (¡que tal conciencia!). Una vez dentro, te llama tu compañero (a) de trabajo y le dices que en 15 minutos llegas, que ya estas cerquita; que por favor pase tu tarjeta de asistencia (si eres trabajador) o que ponga tu firma en la lista (si eres estudiante). Mentira: te falta más de media hora para llegar a tu destino, saliste ¿nuevamente? tarde de casa.
Cuando llegas (el jefe, o tu profesor, según sea tu caso) te pregunta que pasó y tu le respondes "¡el tráfico en Lima está insoportable!, ya no se sabe que semáforo se puede malograr". Mentira: te quedaste dormido por cojudear toda la noche anterior frente al computador, y a la hora que sonó el despertador pensaste moverlo a 5 minutos más y en realidad le diste 50.
A la hora del refrigerio, salen todos a probar comida, pero tú les dices que sólo comerás ensalada porqué quieres empezar tu dieta para el verano que ya se acerca. Mentira: lo que pasa es que por quedarte dormido (a) se te quedó el dinero en el velador y sólo saliste con lo que cargas en los bolsillos que sólo te alcanzan para una anoréxica ensalada (para esto las tarjetas de crédito están sin crédito).
Cuando sales de tu rutina diaria, te despides de tu superior (tu jefe o tu profesor) deseándole que tenga una buena noche, dándole todas tus buenas vibras. Mentira: en el fondo le estás recordando a cuanta madre le queda (no deben ser muchas si es que es tu jefe), por aquellos trabajos que tienes que llevarte a casa para resolverlos, maldiciendo su tranquilidad y deseando que no tenga tan buena noche.
Al llegar a casa, lo único que quieres es descansar, si estas soltero no hay problema; pero si tienes pareja (excluyo a los casados, no sé como es una vida marital) , ¿cómo la hago?. Él o ella, te llama por teléfono: "Hola mi amor, te estuve llamando al celular pero me contesta la máquina..." a lo que tú le respondes: "Mi amorrr, es que se le acabó la batería...". Mentira: apagaste el celular justamente para descansar, por que has tenido un día difícil y la verdad es que ni con tu pareja quieres hablar.
Después de haberla (lo) convencido de que estás bien y sólo quieres descansar (osea más o menos después de dos horas al teléfono) ya estás más tranquilo y te preparas tu taza de café, bien cargado para mantenerte relajado mientras trabajas en casa.
Entras al msn, encuentras conectados a tus amigos de hace muchos años, con los que no hablas por culpa de los tiempos (entre el trabajo y el estudio, mucho tiempo no te queda), pero allí está también tu adorada pareja, a la cual saludas con mucha ternura, y le dices que solo pasabas para despedirte de ella, que estás muy cansado y que vas para la cama: "bye amorrr, te quiero, sueña conmigo..." y desapareces dentro de sus contactos en linea. Mentira: usas el bendito artilugio de aparecer como no conectados en la lista de tu pareja, para poder comunicarte con quién a ti te de la gana. Tú querías tener tiempo para comunicarte con tus amigos (aunque sea con puras tonteras) porque lo necesitas; y te niegas ante tu pareja porque te asfixia.

Y más o menos así acaba un día regular, de una persona regular, en un tiempo regular. Claro está, regularmente mentiroso.

Ojalá mañana ni tú, ni yo, ni nadie mienta. Por lo menos yo prometo no mentir. Mentira: mañana también habrá necesidad de mentir.

3 comentarios:

Nia dijo...

Las mentiras son parte importante de nuestras vidas, no deberia ser asi pero que se le pude hacer...
Si la vida pudiera ser perfecta no existirian las mentiras pero sin ellas las cosas no serian tan buenas como ahora.
Yo no digo grandes mentiras, pero siempre tengo una buena cuando llego tarde a mi trabajo..
Mentiras que callas, son mentiras que no duele, y si te duelen es que ya no son mentiras...

Nia dijo...

Me gusta lo que escribistes carlitos, sigue asi amis..
Besos
Nia

Rafo León dijo...

Primo, tienes razón, la gente miente harto...si no, Nia no te diría que le gustó lo que escribiste...jajajaja ¡MENTIRA! ¡tá chévere! :P