Tengo que confesar que me sorprende ver a niños por las calles disfrazados pidiendo caramelos en las esquinas, en las bodegas, panaderias farmacias, ¡y hasta a los propios transeuntes!, una celebracion que no tiene nada que ver con nuestra melodiosa y sabrosa canción popular (aunque ya no la deberíamos llamar así, porque no es tan popular que digamos) pero en fin...
Digo esto porque ayer salí a una reunión con los buenos muchachos (en algún momento hablaré de ellos) increíblemente celebramos una fiesta con disfraces (ojo, no celebramos halloween, sólo había que asistir disfrazados). En esta amena reunión encontramos doctores, brujitas, zorritas, colegialas del carmelitas y a la muerte. Obviamente no podian faltar los indisfrazados (¿cabe la palabra?, permítanme darme el lujo de usarla). Bueno entre los sujetos que no se disfrazaron estaba yo (claro,¡yo no me iba a disfrazar!) y el buen muchacho Angello. Eramos los únicos sin disfraz.
Poco a poco la reunión fue animándose, la música iba moviendo nuestros cuerpos. De pronto con ayuda del recuerdo reproducíamos coreografías entrañables (¿pame te acuerdas del meneito?), la cuestión es que entre el baile, el vodka, el cigarro y las buenas amistades; la fiesta fue tomando forma y superó cualquier mal presagio. Al comienzo Angello y yo pensamos zafar a una peñita que se había armado en la casa de Yasser (él tambien es un buen muchacho), pero por la amistad que hay con Pamela y con Rosario (sí, también son buenas muchachas) decidimos quedarnos en la fiesta de disfraces.
Como decía, la fiesta fue tomando forma y de pronto todos estabamos sumergidos en un armonioso baile dentro de un mar de fantasía disfrazada; risas y carcajadas acompañaban las melodias del Dj Pedro y el flash de las cámaras iluminaban las sonrisas postreras. Para ser sincero me divertí mucho en aquella reunión, anecdotas interesante que narrar de aquel momento no hubo, y si existieron será mejor que queden en el silencio.
2 comentarios:
¿Para qué hacerse paltas? ¿Celebro una u otra cosa? Quizás las dos, mientras no jodas al resto. Es que eso de mandar a los engendros, con toda la parafernalia encima, a mendigar caramelos por casas y tiendas, es algo que no haría. Cuando tenga hijos, que se disfracen y vayan a su fiesta si quieren, o que pongan su disco de Pepe Vásquez y armen la jarana...pero ¿pedir dulces? No me jodas, mis hijos no van a mendigar golosinas, les compro su bolsa de lo-que-sea-que-tenga-azúcar y se acabó.
Y digo esto porque, las veces que he estado un 31/10 en casa entre las 6 y las 9pm (más o menos), he renegado con la tira de mocosos ociosos que venían a joder tocando el timbre y gritando "Halloween". ¡Puta madre mocoso de mierda! ¡No te pienso dar caramelos!...Y sobre la "protección" al día de la canción criolla...ya pues no se pasen, ¿osea que soy menos peruano si no me gusta el valsecito? Ojo, no digo que no me gusta, de hecho me gusta la música criolla (pese a que también me pregunto a veces, tal como Vargas Llosa en Conversación en La Catedral: "¿Por qué el vals peruano será tan cojudo?"), sino que tendría todo el derecho de que no me guste, ¿no?Y bueno primo, déjame con mi momento hígado del día...¡saludos!
Que el 31 de octubre celebre loq ue le de la regalada gana. Nadie debe mirar mal a quien celebra el dia de la brujas o el "Dia de la Cnacion criolla"....que celebren lo que les da le p.. gana, pero que celebren....lo mas importante como dices es pasarla con quienes te sientas de verdad bien. Eso es lo mas importante.
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